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Si tienes cena… ¡suéltate la melena!

una mujer con el pelo secado al viento.

No sabemos a ti, pero a nosotras, de siempre, el cabello recogido nos parece que echa años encima. ¿Que hay recogidos de película y eternos moños italianos que no nos quitaríamos nunca? También. Pero hacen pelín mayor. Las cosas como son.

Estas fiestas, nos ponemos el turbante de pitonisas y apostamos por la melena suelta, fresca, con movimiento y personalidad. Nos quedamos con ese golpe de melena al girar la cabeza para ver quién llega a la fiesta.

Frente al estatismo del moño, le echamos un pulso proponiéndote para las cenas de Navidad un supercortedepelo combinado con un toque de color que active la libre circulación de tu fibra capilar.

Este post es para las amantes del movimiento y de la dinámica de un cabello con vida. De esa escultura en la que se convierte tu melena cuando le regalas el corte y el color adecuados a su textura. Y por supuesto, a lo que quieres expresar con él.

Pero sobre todo, le encantará a todas las que conocen el efecto que tiene un buen trabajo de color en el movimiento de su cabecita.

Igual que un pintor es capaz de crear movimiento y volumen en un lienzo en blanco solo con el color, incluso haciendo trampantojos. Así actuamos nosotras con el pincel y la brocha.

Y como hay tantos tipos de movimiento como cortes y tonalidades, te proponemos esta guía para orientarte y saber qué pedir cuando vengas a la pelu este mes para prepararte de cara a las fiestas.

El ‘pixie’ y sus pinceladas

Nos encanta aportar luz justamente en las puntas. El efecto que conseguimos es el de dar relevancia al genuino movimiento que cobra cada según las direcciones de su nacimiento.

Y si no, pide ver en el espejo cómo el remolino natural de la coronilla queda con un efecto muy personal.

El ‘bob’ desfilado y sus contornos

Además de rebajar el peso de un corte con el desfilado alrededor del rostro, cuando actuamos con el color conseguimos “vestir aún más el rostro”. Y de paso, lo dotamos de mayor cromatismo.

En este tipo de estilo, sea cual sea su largura, entre el mentón y la clavícula, mezclar varios colores a dos alturas de tono arriba y abajo de la base le aporta muchísima personalidad al corte.

El flequillo poblado y sus profundidades

De estos, de los que arrancan desde el centro mismo del ‘plateau’ de la cabeza (nuestros favoritos), nos encanta marcar la profundidad que sale de sus entrañas.

Cuando damos unas pinceladas de color en solo un tono más claro de la base conseguimos que el flequillo, cuando llega a la frente, parezca levemente tocado por el sol, dando profundidad a la raíz.

La melena rizada y sus mechas en los bucles

Si hay un tipo de melena a la que favorece la estrategia del color, esa es la rizada porque en un mismo plano conviven dos o más alturas de luz distintas.

También se benefician las ondas, naturales o marcadas con plancha, con un efecto de cascada súper sensual. ¿Nuestros favoritos? Los tonos miel y caramelo cobre los castaños.

El largo clásico y su efecto ‘marmoleado

Trabajar un cabello liso de gran longitud requiere de mucha pericia. El trabajo bimestral recomendado exige una mesura perfecta en la cantidad de color a aplicar.

Una aplicación desigual podría provocar bandas horizontales a medio plazo que, en una melena lisa, no pasarían desapercibidas.

Y además, desde que lanzamos nuestra línea de pigmentos Color+, no hay trabajo cromático que salga de nuestro salón sin nuestro toque maestro, ni clienta a la que no aconsejemos seguir el blindaje de su tono en casa.

Si quieres un ‘twist’ de color y movimiento en tu pelo para estas fiestas, pídenos cita aquí. Y ve ensayando tu personal “golpe de melena”.

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