Y debes cuidarlo con el mismo mimo que a ella.
Quizás nunca te has parado a pensar que lo que hay debajo de tu cabello, allí donde se alojan los bulbos capilares y donde nace tu melena, es una extensión de la piel de tu cuerpo.
Y es que este empieza donde acaba la piel de tu nuca, el entorno de las orejas, las sienes, la frente. Todas tenemos muy interiorizada la rutina de 3 pasos para nuestra piel del rostro, incluso la del cuerpo (lavar, tonificar e hidratar, y a veces exfoliar).
Sin embargo, te aconsejamos cuidar el cuero cabelludo como tu piel.
Pues lo mismo necesita el cabello, exactamente igual. El cuero cabelludo es una piel muy delicada.
Normalmente está protegida por el cabello por lo que no suele recibir los rayos solares de forma directa como ocurre con el resto de la piel, pero sí necesita exactamente la misma rutina de cuidado que aquella.
De hecho, la falta de cuidados es lo que puede llevar a que surgan algunos problemas. Por ejemplo, si tienes la raya del pelo muy marcada o poca densidad de cabello, debes extremar la precaución frente al sol.
Con exceso de sol las quemaduras que se producen en el cuero cabelludo pueden provocar manchas y, como consecuencia, debilitación, sensibilidad, alopecia o envejecimiento prematuro.
Pero no solo eso, es que podrías estar expuesta a un melanoma, una queratosis solar o un cáncer de piel. Un turbante o una diadema ancha puede ser la solución para prevenir.
Para tener un cabello sano y bonito es indispensable que el cuero cabelludo esté en las mejores condiciones posibles, alejado de la caspa, de la dermatitis, de la sequedad… las alteraciones más comunes que le pueden afectar.
Además de estas alteraciones, el cuero cabelludo se ve afectado por la suciedad endógena (mitosis celular) y exógena (restos de productos de acabado como lacas o geles, e incluso champús y acondicionadores mal aclarados).
Por eso es importante, además de aclarar perfectamente el champú y la crema en cada lavado, realizar una exfoliación suave para mantenerlo en buenas condiciones.
A veces, la sencilla razón de que tengas un cabello fino con el que no consigues volumen en la raíz, son los restos de suciedad los que hacen que el cabello nazca sin fuerza y parezca eternamente aplastado, además de que evitamos que se oxigene.
Te contamos algunos trucos que puedes poner en práctica tú misma en casa para cuidar tu cuero cabelludo:
- Moja bien con agua el cabello y el cuero cabelludo antes de aplicar el champú. Este gesto te ayudará a eliminar las células muertas de la piel, como por ejemplo las partículas de la caspa o los restos de grasa.
- Cuando hayas aplicado el champú, masajea suavemente tu cuero cabelludo con las yemas de los dedos. De 3 a 5 minutos. Sino realizas correctamente este proceso, es difícil que las células muertas y la caspa desaparezcan.
- Una vez al mes, por ejemplo, exfolia tu cuero cabelludo igual que lo harías con la piel de tu rostro. Antes del champú, aplica un poco de exfoliante y masajea suavemente para eliminar las células muertas de la superficie de tu cuero cabelludo.
- Aplica el acondicionador solo en medios y puntas y deja actuar 3 minutos.
- Aclara con mucha agua. Cuando creas que ya has terminado, aplica aún un buen chorretón de agua fría moviendo el cabello durante un minuto. El aclarado nunca es suficiente. Tiene mucho que ver con el brillo y la vitalidad de tu melena.
- Evita el uso de productos agresivos. Puede atacar el equilibrio del cuero cabelludo, subiendo o bajando su pH natural.
- Una vez por semana, aplica un tratamiento calmante que te ayude a reducir la inflamación del cuero cabelludo.
Por último, te animamos a que descubras nuestros tratamientos capilares. El paso previo para la eficacia y buen resultado de cualquier tratamiento capilar es tener en perfecto estado el cuero cabelludo.
Y, si lo prefieres, nuestros profesionales pueden estudiar tu caso para que elaboren una valoración con su diagnóstico y te puedan aconsejar lo mejor para tu melena.
¡ES TOTALMENTE GRATUITO! Puedes hacerlo tanto pidiendo cita en el salón, como por videoconferencia, estés donde estés.
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